La crisis alimentaria en la asediada Franja de Gaza ha alcanzado nuevos y alarmantes niveles de desesperación, con un tercio de la población sin comer durante varios días seguidos. Esta es la sombría
conclusión a la que llegó un alto funcionario del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas el 21 de julio. Los habitantes de Gaza mueren cada día por falta de ayuda humanitaria, y esto podría evitarse si Israel ejerciera la voluntad política necesaria.
Entre los que pasan hambre se encuentran periodistas y trabajadorxs de prensa de Gaza, los únicos que han estado informando sobre las atrocidades de Israel en el enclave desde el 7 de octubre. La prohibición del Gobierno israelí a los medios de comunicación extranjeros, alegando «motivos de seguridad», no solo impide a lxs periodistas hacer su trabajo, sino que priva al público de su derecho a la libertad de expresión, que incluye el derecho a recibir y difundir información sin interferencias de las autoridades públicas y sin importar las fronteras.
El sindicato de periodistas de la Agencia France-Presse (AFP), la Société des Journalistes (SDJ), advierte en un
comunicado que sus colegas en Gaza corren un grave riesgo de morir de hambre y exige una intervención urgente para evacuarlos.
«Corremos el riesgo de enterarnos de su muerte en cualquier momento, y esto es insoportable para nosotros [...] Nos negamos a verlos morir».
El vicepresidente de la FIP y presidente del Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS), Nasser Abu Bakr,
hizo un llamamiento al mundo para salvar la vida de más de dos millones de personas en Gaza que viven sin comida, agua ni refugio bajo los bombardeos, incluidos los periodistas que siguen informando a pesar de los crímenes y la hambruna. Abu Baker pidió a los medios de comunicación
«que informen sobre la tragedia sin precedentes que supone el genocidio y la hambruna que se está produciendo en Gaza».
El secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, declaró: «Es imperativo que el Gobierno israelí deje de utilizar el hambre como arma contra la población de Gaza. Los periodistas locales son los únicos testigos de las atrocidades cometidas por Israel, y matarlos de hambre significa silenciar la verdad, lo que se considera un crimen de guerra según la Corte Penal Internacional. Instamos a los gobiernos de todo el mundo, a la Asamblea General de las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a que intervengan para detener esta catástrofe provocada por el hombre y a que presionen al Gobierno israelí para que permita la entrada de periodistas extranjeros en Gaza y facilite la evacuación de los periodistas locales que lo necesiten».
Según datos de la FIP, más de 171 periodistas y trabajadorxs de prensa palestinxs han sido
asesinados en Gaza desde el 7 de octubre.