Ramiro Araujo Ochoa, fotoperiodista de 66 años, murió el pasado martes por las heridas de arma blanca recibidas cuando dos adolescentes presuntamente lo apuñalaron por resistirse al robo de sus equipos de trabajo. El colega se encontraba regresando de la cobertura del Festival de Ensenada, en donde se encontraba trabajando para su revista Sol Ensenada. Si bien actualmente era periodista independiente, se había desempeñado como reportero gráfico para medios como El Mexicano Ensenada, Novedades de Baja California y Diario 29. También fundó el Club de Prensa de Ensenada en la década de 1980.
En un comunicado emitido tras conocerse la noticia, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) expresó su solidaridad con la Asociación de Periodistas de Ensenada. “El SNRP exige a las autoridades responsables locales una investigación seria de los hechos y, en su caso, el castigo de los presuntos homicidas, al tiempo que les conmina a no descartar la actividad profesional del periodista como una de las líneas de investigación”, demanda la organización mexicana.
La Federación Internacional de Periodistas repudia lo sucedido y se solidariza con familiares y colegas de Ramiro Araujo Ochoa. México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico, y por tanto es fundamental que cualquier crimen cometido contra trabajadorxs de prensa sea investigado sin descartar la labor informativa como motivación para los mismos. Esto, lejos de ser reclamo arbitrario, tiene como objetivo combatir los altos niveles de impunidad que se registran para los casos de muertes violentas de periodistas, que actualmente alcanza un 95%.