El sábado 15 de julio, la periodista
María Luisa Estrada fue atacada a tiros cuando circulaba en su vehículo junto a su sobrina menor de edad por una calle de Jalisco, Guadalajara. Según su testimonio, se le disparó al menos cinco veces. Ambas salieron ilesas del atentado y la comunicadora fue capaz de tomar los datos de la camioneta Mazda CX-5 de la que salió el atacante. A pesar de contar con esta información, la investigación de las autoridades no ha avanzado y Estrada denuncia la falta de medidas de protección y de celeridad en la búsqueda de los responsables. Ese mismo día, en Acapulco, fue asesinado el periodista
Nelson Matus Peña.
La comunicadora independiente, que realiza informes sobre política local en su canal de YouTube “La Grillotina Política” y en las redes sociales vinculadas a ese proyecto, también afirmó que el ataque no trascendió públicamente antes debido a un “cerco informativo” que gracias a la asignación de publicidad oficial proteje a las autoridades de Guadalajara.
La comunicadora, en un video publicado en sus redes sociales, recordó que luego del atentado, miembros de la policía de Guadalajara se acercaron para auxiliarla y uno de ellos, perteneciente al grupo especializado en violencia contra mujeres, le dijo que el ataque fue “un mensaje” porque que si hubieran querido matarla “ya estaría muerta” y que por su seguridad mejor “le bajara” el tono a sus publicaciones. Este comentario de un funcionario de seguridad la determinó a dirigirse a las autoridades federales a solicitar que intervinieran en la investigación en lugar de las estatales. En su comunicado, también afirmó que aceptó la relocalización ofrecida por el Mecanismo de Protección a Periodistas y personas defensoras de Derechos Humanos, pero que hasta ahora solo le proveyeron un botón de pánico y le dijeron que habría móviles policiales vigilando su domicilio.
La Federación Internacional de Periodistas repudia este atentado y demanda que todos los niveles de gobierno garanticen la seguridad de María Luisa Estrada y su familia, y que se realice una investigación urgente que determine quiénes fueron los responsables del atentado y las motivaciones detrás del mismo. La nueva escalada de violencia que sufren lxs trabajadorxs de los medios de comunicación en México debe ser abordada de inmediato, con medidas que lxs protejan pero también con políticas de prevención que den solución a la problemática de la violencia estructural que convierte a México en el país sin conflictos bélicos más peligroso para el ejercicio de la profesión.