Perú: periodistas sufrieron diversas formas de hostigamiento y agresiones en las últimas semanas

Abel Cárdenas y Piero Espíritu, periodistas de La República recibieron en los últimos días amenazas por redes sociales que provienen de grupos que abogan por la destitución del actual presidente del Perú, Pedro Castillo. Este hostigamiento está motivado por investigaciones realizadas por los reporteros en las que exponen el accionar de estos sectores, que nuclean a personal retirado de las Fuerzas Armadas que promueven campañas a favor de la vacancia presidencial y alientan el discurso del fraude electoral en los comicios realizados en junio de este año. Esta situación fue revelada por el propio medio de comunicación, que mostró capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp en las que se compartía información personal sobre los periodistas, identificándolos como empleados de ese periódico y describiéndolos como aliados “de este gobierno filoterrorista, ataca públicamente a Los Patriotas Demócratas que defienden la libertad y democracia del comunismo”. Los mensajes concluían con “no nos vas a intimidar desde un diario cobardemente. El Perú te aborrece”. El periodista Hernán Floríndez, del semanario Hildebrandt en sus 13 también fue víctima de hostigamiento en los últimos días por parte de Juan José “Jota Maelo”, uno de los líderes del grupo de extrema derecha La Resistencia, quien en su cuenta personal de Twitter publicó un hilo con comentarios denigrantes contra el reportero que incluían fotografías, una de ellas junto a su sobrina de tres años. Floríndez afirmó que estos ataques comenzaron luego de la publicación de un artículo sobre las recientes movilizaciones convocadas por La Resistencia y la baja convocatoria de las mismas. En diálogo con la Oficina de Derechos Humanos de la ANP, el periodista aseguró que “esta es una forma de intimidar, buscan mostrar que saben quién soy, quiénes son mi familia y que pueden hacer algo en cualquier momento”. Zuliana Láinez, presidenta de la ANP y vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas se refirió a estos hechos: “colectivos extremistas como el autodenominado La Resistencia y otros conformados por exmilitares que dicen defender la democracia se han convertido en una real amenaza para la actividad periodística en Perú. Los casos de los colegas del diario La República y del semanario Hildebrandt en sus trece no son aislados. Se suman a los recientes ataques físicos contra reporteros y campañas del odio en redes sociales instigados por estos grupos radicales. No podemos normalizar estas situaciones y menos cuando van en escalada. Por ello, desde el gremio requerimos al Ministerio Público asumir su responsabilidad investigando con celeridad los hechos y formulando acusación fiscal. Lo denunciado constituye delito y debe ser sancionados como prevé el Código Penal en nuestro país”. Liubomir Fernández, corresponsal del diario La República fue sometido por Claudio Dany Osorio Julca, jefe de la Unidad de Servicios Especiales de la policía, este último viernes en el marco de la cobertura de un conflicto en la región de Puno. Luego de ser agredido junto a su colega Luis Hinojosa por un grupo de personas ante la mirada de las fuerzas de seguridad, el periodista fue reducido por Julca, quien lo detuvo irregularmente luego de golpearlo y amenazarlo con posibles torturas. Al respecto, la ANP emitió un comunicado en el que exige “al Ministro del Interior la destitución inmediata del mayor Claudio Dany Osorio Julca, plenamente identificado como el agresor del periodista Fernández, y reclama el inmediato reconocimiento de los otros agentes responsables de los ataques a nuestros colegas durante la cobertura”. Todos estos sucesos se enmarcan en un clima de hostilidad contra la prensa en Perú que se inscribe en las tensiones políticas que comenzaron durante el proceso electoral de este año y se extienden hasta hoy. La Federación Internacional de Periodistas repudia estas agresiones y la falta de respuesta de las instituciones ante este contexto de violencia en aumento, que pone en riesgo la integridad física de lxs trabajadorxs de prensa y atenta contra la libertad de expresión y el derecho a la información.