Según el
Reporte 2022: Violencia contra periodistas y libertad de expresión en Brasil, elaborado anualmente por FENAJ y presentado el 25 de enero por su presidenta Samira de Castro, el 2022 se caracterizó por tener altos niveles de violencia política, que afectó también a trabajadorxs de prensa y militantes sindicales. En promedio, se registró más de una agresión por día, con un total en el año de 376. Respecto de 2021, hubo un descenso de 54 casos, lo cual no significa que haya habido un descenso en la violencia, dado que crecieron en un 133,33% las amenazas, el acoso y los actos intimidatorios, y se registraron los asesinatos del periodista birtánico
Dom Phillips en el Amazonas y del comunicador popular
Givanildo “Gigi” Oliveira en Fortaleza.
Sobre el total de casos registrados, un 23,14% fueron hechos de desacreditación a la prensa, un 20,48% corresponden a amenazas/acoso/intimidación, el 15,69% a censura, las agresiones físicas siguen con un 13,03% y un 12,23% fueron agresiones verbales y ataques virtuales. Tal como sucedió en 2021, el principal agresor fue el ex presidente Jair Bolsonaro con un total de 104 denuncias, y en segundo lugar se encuentran sus seguidores con 80 casos. Los ex directivos de la Empresa Brasil de Comunicação, que es el conglomerado de medios públicos del país, ocupan el tercer puesto con 57 casos y le siguen los políticos y asesores con 45 agresiones. Que los primeros lugares en la lista de responsables por la violencia contra periodistas y medios de comunicación los ocupen funcionarios públicos y seguidores del ex mandatario, habla de una clara tendencia de la gestión gubernamental anterior a atacar y desprestigiar el trabajo de lxs profesionales de la comunicación, lo cual colaboró con la creación de un clima generalizado de impunidad para el ataque contra trabajadorxs de prensa.
Si bien los
sucesos recientes en la capital del país ocurrieron luego del cambio de gobierno el 1ro de enero pasado, que los primeros 37 casos del 2023 hayan sido agresiones perpetradas por militantes bolsonaristas deja en claro que el cambio de gestión no implica directamente el cese definitivo de la violencia. Es por esto que es muy valorable la creación del
Observatorio Nacional de Violencia contra Periodistas, una iniciativa de FENAJ que el nuevo ministerio de Seguridad ha decidido impulsar.
Ante las cifras del reporte elaborado por FENAJ y los hechos recientes, la Federación Internacional de Periodistas se mantiene en alerta y apoya las acciones de su organización afiliada, que además de llevar adelante la propuesta del Observatorio Nacional, también solicitó al nuevo gobierno el apoyo ante la ONU de la Convención para la Seguridad e Independencia de Periodistas que impulsa la FIP. La creación de instrumentos nacionales e internacionales que resguarden la labor de lxs trabajadorxs de prensa es fundamental para que el próximo reporte muestre cifras que hablen de mejoras en las condiciones de trabajo y se deje la violencia atrás.