Este año, América Latina y el Caribe registró un alza preocupante en la cantidad de ataques y amenazas contra trabajadorxs de prensa, que se ha traducido en la muerte de al menos 31 periodistas en todo el continente. Ninguno de los ocho países en los que se registraron asesinatos de colegas se encuentra en un conflicto bélico declarado, y en este marco México es, nuevamente, el país más peligroso del mundo para el ejercicio periodístico con 15 crímenes cometidos contra comunicadorxs, reporterxs y periodistas, casi duplicando los números de 2021. Si bien algunos de los casos de este año ya han tenido avances en materia judicial, el 95% de los casos permanece impune. Esta realidad es especialmente grave para lxs trabajadorxs de los medios comunitarios y locales, que en vida tienen menos herramientas y mecanismos de protección y luego sufren la falta de exposición mediática y recursos legales para afrontar la búsqueda de justicia.
De todos los países en los que se dieron hechos violentos, solo Haití está atravesando una crisis con enfrentamientos armados internos producto de una larga crisis política, humanitaria, económica y social. Pero inclusive en este caso, lxs periodistas no están siendo víctimas de fuego cruzado sino que son marcados tanto por los grupos del crimen organizado como por las fuerzas de seguridad. Allí se registraron los prímeros asesinatos de 2022, y pocos días atrás se dio el sexto caso, que es paradigmático por tratarse de un crimen cometido por la Policía en el marco de una movilización espontánea de trabajadorxs de prensa hacia una comisaría en defensa de un colega injustamente detenido.
Si bien México y Haití encabezan la lista de hechos violentos en la región, en otros seis países del continente también se sufrió la pérdida de colegas: Colombia (3), Honduras (2), Brasil (2), Paraguay (1), Ecuador (1) y Chile (1), donde se registró el primer asesinato de una periodista desde el retorno de la democracia, ocurrido 30 años atrás.
Este alza en los casos en toda la región y la aparición de casos en países en los que habían disminuído o inclusive desaparecido los crímenes contra periodistas es un llamado de atención sobre el crecimiento de la violencia contra trabajadorxs de prensa y sobre la necesidad de contar con herramientas internacionales específicas que aborden la problemática. Es por ello, que se torna imprescindible el tratamiento y la posterior adopción en todo el mundo de la
Convención Internacional para la Protección e Independencia de las y los Periodistas, impulsada por la Federación Internacional de Periodistas y todas sus organizaciones afiliadas. Las vidas de miles de colegas depende de ello.
Wilguens Louis-Saint, John Wesley Amady,
Pablo Isabel Hernández Rivera,
José Luis Gamboa Arenas,
Margarito Martínez Esquivel,
Lourdes Maldonado,
Roberto Toledo,
Givanildo Oliveira,
Heber López Vázquez,
Maxihen Lazzare,
Jorge Camero,
Juan Carlos Muñiz,
Armando Linares,
Luis Enrique Martínez Ramos,
Yesenia Mollinedo Falconi, Sheila Johana García Olivera,
Francisca Sandoval,
Dom Phillips,
Antonio De La Cruz,
Ernesto Méndez,
Gerardo Delgado,
Juan Arjón López,
Fredid Román,
Dilia Contreras Cantillo, Leiner Montero Ortega,
Humberto Coronel,
Tayson Lartigue, Frantzen Charles,
Edwin Josué Andino,
Rafael Emiro Moreno,
Romelson Vilcin ¡Presentes!